No creo que haya una forma más bonita de decirle a alguien que le quieres. Qué esa donde te abrazan y el resto del mundo desaparece mientras el calor de la otra persona recorre y se impregna en cada una de tus debilidades. Lo que venía después. Era solo tenue silencio, un pulso sin equilibrio y un par de labios que aun temblaban cada que tú acercabas la sonrisa más bonita del mundo a mi fragilidad más absoluta. Aquellas tardes. Yo nunca supe lo que sentía por ti. Quizás, porque era algo que yo nunca había sentido antes por nadie. Fue entonces que me di cuenta de que ya estaba completamente perdido y no, yo no mentía cuando decía que yo jamás deseé tanto que no me encontrasen, no después de ti, de mi y todo lo que tomaba forma cuando sujetabas mi mano por la ciudad. Quería quedarme a vivir, soñar y cuidarte ahí. Esa fue la manera más maravillosa (Y te lo digo ahora cuando ya es tarde y bastante lejos de todo lo que nos llenaba el alma) de matar a la tristeza y de desprenderme un poquito del resto del mundo para solo poder encontrarte a ti. Y como tú misma me lo dijiste: “Uno siempre debe seguir adelante, quien sabe cuándo volveremos a vernos pero si algún día pasa, ojala que aun te queden ganas de volver a bailar con todo este desastre que tal vez en el fondo si soy, uno al que tu siempre la hiciste sonreír hasta en sus peores días...” Desde entonces no saben cuánto detesto las despedidas, que terminan en invitaciones sin fecha de cumplimiento. Pero… Aun así, gracias por cada uno de los significados, te agradezco en sobre manera, por darle un poco de realidad a este corazón que siempre se la vive soñando. Ahora entiendo que si he de abrazar y bailar de nuevo con alguien. Debe de ser al lado de alguien que me quiera al mismo nivel e intensidad que yo a ella y sobre todo al lado de alguien que aun pueda soñar y creer que no todas las personas estamos tan vacías por dentro. Hoy me niego rotundamente a renunciar a mis sueños solo porque una chica (Una igual de maravillosa como todas las que pasaron antes) me rompió el corazón. Al final solo guardo lo bueno y el resto, el resto no vale ninguna palabra y tampoco ninguna espera...
